jueves, 24 de enero de 2013

Marcelo Legrand en el Kavlin, Punta del Este.

 
Marcelo Legrand. Pintura contemporánea.
11 de enero de 2013 a las 22:00 hs.
Sala: Sala Enrique Kavlin.
http://www.centroculturalkavlin.org

Nueva propuesta de Marcelo Legrand, siempre cambiante y siempre incambiado.
Un liberador de imágenes internas, irreverentes en su apasionada violencia. Desatar la forma para multiplicar la expresión: inspiración que dice una y otra vez en forma inconclusa, producto del hombre como ser cambiante. El conjunto de estas obras es la representación de su espíritu voraz, ávido de espacios, émulo de la naturaleza inventándose colores, sonidos, olores.
Pinturas de gran porte, lento proceso y renovada concreción. Las contundentes formas y dramáticos colores se arremolinan y compensan en equilibrio compositivo sobre un lienzo no coloreado. Como un engranaje cuyas piezas se responden encastrándose al moverse, Legrand despierta dinamismos haciendo estallar las composiciones mediante puntos de tensión disparadores y manteniendo sus fragmentos en estado de suspensión, como cuerpos ingrávidos en un espacio indefinible.
Los flotantes elementos se relacionan de forma tal que cada cuadro es una magna estructura giratoria, donde manchas, salpicaduras, chorreados, se integran a un torbellino de apariencia tridimensional por la ficción de planos y la temperatura del color. El gesto provoca la mancha, que escurre orgánica pero condicionada: el accidente inducido con violencia es sin embargo “una orgía silenciosa”, al decir de Baudelaire. Diálogo tácito de invocaciones y respuestas. La sensación de dinamismo generada en las formas móviles se estabiliza en la contemplación de masas de color que ofician como parapetos de contención, para volver a agitarse frenéticas como si el ojo no pudiera inmovilizarlas. Pintura de espasmos, palpitaciones, emociones reconcentradas, agitaciones provocadas por ráfagas de viento.
Un expresionismo feroz domeñado por recursos disimulados. Las manchas se plantean intervenidas albergando en su seno empastes, texturas y otros colores; los bordes rezumantes de matices acuosos se vierten unos en otros y se contornean de líneas oscuras a la manera de los fauvistas. Finos trazos elásticos tejidos como filamentos o conmovidos por una corriente eléctrica vinculan entre sí con sutileza las grandes masas cromáticas, confrontando la energía de las formas compactas para establecer la cohesión interna.
La obra pictórica de Legrand producida o comenzada con anterioridad al año 2008, dinámica como expresión de un estilo ineludible en toda su carrera - excepción hecha de sus estáticas cabezas (años 80´) - tiende por lo general a una mayor ortogonalidad en sus formas, al color más frío y restringido en su elección, así como a planteos de mayor saturación del plano bidimensional y a un tratamiento pictórico de los fondos, si bien no es una tendencia excluyente. Los cuadros recientes se presentan más aireados en el plano, destacando con más frecuencia colores cálidos y restallantes sobre planos naturales, pero puesto que las obras continúan sometidas a cambio a lo largo de tiempos más o menos prolongados, ocurre la convivencia de pinturas iniciadas en períodos distantes.
Sobrecogedor, pero capaz de provocar el deslumbramiento de un fuego de artificio o la intensidad de una emoción inexplicable por la lógica de la configuración, el uso de colores restallantes o las impositivas masas negras: abismo de la imagen, furia sosegada de los cuadros. En prolongado proceso, Legrand trabaja sobre cada zona de sus pinturas despertando respuestas con el agregado de una mancha, frenando su desequilibrio con la vigilancia de otra, cosiendo elementos con hebras de líneas, induciendo circuitos con chorreados y trazos cortantes, suscitando en el contemplador la ilusión de un viaje cuyo itinerario tiene iniciativa propia. Una obra dominada concertando tensiones, balanceando ritmos, organizando la coreografía de esa danza que reclama ser báquica por derecho propio.
MARÍA E. YUGUERO 2012

No hay comentarios.: