lunes, 21 de abril de 2008

Leopoldo Nóvoa en el CCE_

Leopoldo Nóvoa en el Río de la Plata (1938-1965)
INAUGURACIÓN: JUEVES 24 DE ABRIL DE 2008, 19 HS.
CCE
Curadora invitada : Olga Larnaudie

Hacer la historia de las artes visuales de Uruguay -y en particular la de la etapa iniciada al promediar los años cincuenta, que continuó con intensidad a lo largo de la década posterior- incluye reubicar el aporte de este artista gallego hijo de uruguayo, que llegó a Montevideo en 1938. Se llevó a cabo una investigación precisa de todas las facetas de esos 27 años, para producir una exposición de la obra pictórica y los trabajos murales realizados durante su estadía en las márgenes del Plata y del Río Uruguay.
Leopoldo Nóvoa regresó a Europa en 1965, y allí realizó la parte más extensa y difundida de su obra. Sus vínculos con esta región, y en particular con Uruguay, fueron reconocidos por el artista, en tanto que el proceso y los resultados visibles de su trabajo inicial han sido citados por figuras de la crítica europea.
Ciertas interrogantes se encontraban ya formuladas al enfocar con mayor precisión en la figura de Nóvoa sobre el proceso, tan rico como variado, del acceso a diversas formas de abstracción en la pintura uruguaya. Otras surgieron a lo largo de la investigación. Las primeras tenían que ver con la cuota de “herencia española” en aquella pintura, una incidencia manejada con insistencia por la crítica de entonces, basada en la presencia en Montevideo de artistas y obras de ese rico momento del arte español. A ello debe agregarse lo mucho que llegó a las Bienales de San Pablo. Con el agregado singular de que, en este caso, el “heredero” era, a su vez, español.
Redimensionamos en este recorrido la situación de Nóvoa como exponente de una “pintura gallega” manejada en los prólogos de sus primeras exposiciones en Buenos Aires, así como las influencias de Torres García y Luis Seoane, y se hizo más fuerte la reconocida incidencia del pasaje de Oteiza por Montevideo. Precisamos los vínculos de Nóvoa con otras figuras en ambas capitales del Plata, y el peso su obra en otros artistas. Sobrevino el agregado de su intensa relación con figuras de la generación del 45, una inicial inclinación literaria, su presencia de caricaturista político en ambas ciudades vinculada con el exilio español en Buenos Aires, y con la prédica del diario Acción en Montevideo. Un cúmulo de anécdotas adicionales fue dibujando al personaje.
Leopoldo Nóvoa (Pontevedra, 1919)
Llegó a Montevideo con su familia en 1938. Se hizo conocer como artista plástico en Buenos Aires (1948-1957). Trabajó después en Montevideo y Salto, hasta 1965, cuando regresó a Europa. Internacionalmente reconocido por su obra pictórica, escultórica y mural, ha reivindicado sus orígenes culturales y pictóricos en aquel Uruguay. Aquí participó del impulso del arte otro , en el que incidió el vasco Jorge de Oteiza, e inició su trabajo como muralista a gran escala, en el estadio Luis Tróccoli del Cerro y en las Termas del Arapey. El crítico francés Michel Tapié se interesó por su obra al pasar por Montevideo y le aconsejó volver a París donde Nóvoa ya había estado en 1961. Se instaló definitivamente en 1965, para trabajar desde entonces, hasta ahora, en pinturas, esculturas, tapices y obras murales de gran escala, tanto en Francia como en España, y proyectarse con su obra hacia el resto de Europa y América.

Arq. Olga Larnaudie (Montevideo, 1941)
Crítica de arte, curadora e investigadora de la historia de las artes visuales, la arquitectura y la artesanía nacional. Directora del Museo de Arte Precolombino e Indígena de Montevideo desde enero de 2007.

ESTA EXPOSICIÓN PERMANECERÁ ABIERTA HASTA EL SÁBADO 14 DE JUNIO DE 2008.

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