DIEZ
PÁJAROS Y UN GATO
La
forma “ave” no se investiga o se construye a partir de lo
natural: determinada ave o especie, forma de pata, cabeza etc. sino
a través de la búsqueda sensible, en el manejo del color, la forma
y el espacio, de una idea de contenido: sentir y encontrar lo
posible del ave inventada, su forma poética, su presencia y su
gestualidad.
La
forma es consecuencia de la búsqueda del contenido.
En
cuanto al gesto suele ocurrir que en el sentido figurativo de la
forma, la valoración no está solo en relación a su contexto o
realidad física (forma) sino a lo que esta realidad sugiere como por
ejemplo la posibilidad de volar. A veces, en la construcción de la
imagen, el objetivo de la realidad visual y de comunicación no es
la forma en si misma sino lo que ésta sugiere o permite,
La
relación forma-espacio es uno de los ejes fundamentales de la
investigación visual, pero debemos de aclarar que los objetos o las
formas constan siempre de una realidad visible y otra invisible,
ambas con características formales que determinan parte de los
elementos estructurales, de valoración del espacio y de la
composición.
Toda la
investigación se relaciona con un diálogo entre nosotros y el
soporte, humanizado en su valoración: forma, color y espacio y la
subjetividad como eje de ubicación para la aventura plástica
visual.
El
arte es una aventura de riesgo signado por la idea de la libertad, el
terreno de la intuición creativa permite este riesgo y esta
libertad.
Construimos
imágenes que nos permitan “habitar” en el mundo subjetivo y en
la realidad del espacio artístico.
La
idea de habitar en la obra, tiene su fundamento en la transferencia
espiritual que se genera a partir de la construcción de las imágenes
plásticas, apoyada en una relación o diálogo y en la comprensión
valorativa de la propia realidad e independencia de esta
construcción.
Una
obra está terminada cuando se independiza de nosotros porque no nos
necesita. Esta idea de terminación se produce porque en la
elaboración de la obra, se arriba a diferentes estadios sucesivos de
realización y de diálogo, y se elije el que consideramos suficiente
para habilitar su identidad.
Esto
implica que el seguir trabajando nos llevaría a nuevas instancias de
la obra o culminaciones afortunadas o no. Es importante señalar que
el riesgo es parte de este proceso donde la pérdida del diálogo
puede significar la anulación de la propia obra.
En
la elaboración la forma pájaro se construye con el color y el
dibujo en función de la creación del espacio.
Por último donde
hay pájaros casi siempre hay un gato.
Héctor Laborde
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