CONDENSACINES IMAGINARIAS
(Desopacidades)
A veces la cuestión artística, o la relación del hombre con el arte o de las cosas del mundo con el arte, aparecen en los acontecimientos menos esperados y en las cosas más cotidianas y prosaicas.
La humedad y las bajas temperaturas invernales son una preocupación que nos afecta en la familia desde hace muchos años. La salud, los objetos, la ropa, las paredes, los techos, todo es afectado en mayor o menor medida. Esto se convertido en una preocupación y una carga psicológica permanente, aparte del dinero invertido para tratar de solucionarlo aún sin éxito total.
A partir de las temáticas de mi labor docente, ciertas lecturas y las consecuentes reflexiones sobre la vinculación de la fotografía con lo real y la cuestión estética fotográfica, me acordé de estas fotografías y lo que fue realizado en forma un tanto incoherente comenzó a tener cierta coherencia. El archivo fotográfico tiene esas cosas, esta ahí y en determinado momento la contingencia que rodea al artista hace que, como en este caso, lo que había sido hecho sin intencionalidad, o con una intencionalidad diferente, comienza a cargarse de un cierto sentido artístico.
Ocurrió que la situación emocional y la pesadumbre con respecto a la humedad comenzó a mutar en placer estético. Allí comenzó la intencionalidad a buscar y registrar dentro de lo inacabable que presenta lo azaroso y caótico de la condensación en los vidrios y que presenta la fotografía en sus posibilidades. Probar de día y de noche, manejar el foco, la profundidad de campo, la iluminación del interior y sus combinaciones con la exterior “casi” imprevisible, el encuadre, los colores, etc.
Las fotografías siguieron allí, en las planchas de contacto, en algunas copias de formato pequeño.
La primer fotografía de esta historia fue realizada en la ventana de mi dormitorio.
Otra cosa que me gustaría aclarar es que mis fotografías no tienen título ni fecha porque ellas son producto de una vinculación sensible con el mundo, una percepción furtiva, ocasional, totalmente azarosa, que sucede por donde transito, muy poquitísimas veces buscada. Entonces no se las puede designar con un título, ni siquiera ponerle “sin título” ya que esto sugeriría al espectador que le pusiera uno y la fecha es totalmente irrelevante. Quedan totalmente liberadas a la relación contingente del espectador con la imagen.
Roberto Villares
JULIO 2009
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